En el inicio de estas entradas sobre lavaderos, califiqué al lavadero de Villarraso (Soria) como el origen, no nació el interés en esta curiosa edificación por su uso peculiar, ni por su diversidad en sus manifestaciones geográficas. Fué algo mas casual y que se ha ido fraguando a lo largo de los años. Pero su origen se debe a un acontecimiento que quiero compartir.
En 1980 una tarde de agosto las jóvenes turistas decidieron inmortalizar su imagen con el lavadero de escenario, allí donde se lavaba la ropa ( al no disponer todavía de lavadoras en la casa del pueblo). Para tal fín se le pidió a una persona que se encontró en el camino que efectuara la foto. Este es el resultado:
A esta bucólica imagen le siguió una serie de juegos con salpicaduras y el fotógrafo ocasional ( a pesar de no ser época de fotografías digitales) se lanzó a hacer otra foto que inmortalizara el momento:
En este momento ya se aprecia que la escena va degenerando y leves salpicaduras de agua van tomando , cada vez, mayor virulencia y mojan más.
El “paparazzi” ya aprecia que allí hay foto y sigue apretando el botón – a pesar de que no estamos en la era digital , sino que las fotos se hacian con carrete que había que llevar a la tienda a revelar y ¡oh! sorpresa no veías hasta ese momento lo que se había fotgrafiado-
Una de las protagonistas de la escena se escurrió y como vemos “probó el lavadero” con la ropa puesta y se puede apreciar perfectamente la profundidad de la estructura, ideal para remojar los pies si llevas los pantalones arremangados por las rodillas. Pero…
El suelo del lavadero tenía verdín y resbalaba muchísmo, con lo cual , esa persona se cayó totalmente. A estas alturas sus compañeras están muertas de la risa y el fotógrafo está tirando fotos como se las tiran en una sesión profesional a una modelo.
Las protagonistas de la imagen inicial ya se han rendido al calor de agosto y acompañan a la pionera en caidas en ese “baño de fuego” ( la frase sería de caidos al rio, ya mojadas …)
Las imágenes muestran como es suelo hacía de las suyas con el equilibrio y ya sin ningún remilgo, nuestras turistas se dejaron llevar por la situación y además hacía buen tiempo.
La situación se prolongó durante media hora, ajenas a la inmortalización del momento, solo disfrutamos de la situación , pero luego al ver las fotos esta escena se rememora. Aún hoy , pasados más de 25 años, cuando veo estas imágenes, no puedo menos que sonreir y , aveces reir, deben ser como unas píldoras, espero que tambien, para vosotros, sean gratificantes.